DE UN VISTAZO
- Después de haber tomado el sol, es importante cuidar al máximo la piel para que dure bronceada.
- Hidratación, buenos activos y protección solar.
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Cuando estoy en mi beach club favorito, a veces se me olvida que el sol, la sal y el cloro forman el cóctel más dañino para la piel y el cabello.
Por eso, es importante saber cómo restaurar esa piel a la que tantos mimos dedico. Porque yo no pienso renunciar a las mañanas de hamaca, los mediodías de chiringuito y las tardes de mojito.
He investigado por si se me escapaba algo y esta es mi guía para cuidar la piel bronceada.
¿Por qué se daña la piel en vacaciones?
Los rayos de sol penetran en la piel de manera superficial y profunda. ¡No dan tregua! Dañan nuestras células, debilitándolas y quemando el órgano más grande de nuestro cuerpo: la piel.
Una vez hecho el daño, el envejecimiento cutáneo ya está provocado. La piel se inflama, se destruye el colágeno y la función barrera de la piel se debilita. A largo plazo, las manchas, arrugas y calidad de la piel nunca van a ser iguales. Como dicen las madres, “la piel tiene memoria”.
Básico: limitar la irritación de la piel
Después de exponernos a los rayos solares, la piel se enrojece, inflama e irrita. Y mientras que el agua del mar es maravilloso para esta (ya que está lleno de minerales como el magnesio y de aminoácidos), el cloro de la piscina hay que eliminarlo cuanto antes (incluso si esta es de sal, también tiene cloro).
Algo simple como ducharse nada más salir de la piscina mantiene la piel lo más sana posible, para que no se cuartee.
Antioxidantes contra los radicales libres
Después de tomar el sol, inevitablemente noto la piel tirante y seca, incluso aunque no me haya quemado y no esté rosa. Es momento de aplicar un antioxidante potente que contrarreste los efectos del sol como C+C Vitamin After Sun de Natura Bissé (sirve tanto para el rostro como para el cuerpo). ¡Siempre pongo lo mismo en el escote y cuello que en la cara!
Me gusta reaplicarlos varias veces, y por supuesto por la noche, ya que los radicales libres continúan dañando la piel después de disfrutar de los rayos solares.
Hidratación al máximo
Después de tomar el sol, el término “demasiada crema hidratante” no existe. Hay que evitar empezar a pelarse. ¿Si llega a ese punto? ¡Olvídate del tono dorado!
Me gusta rehabilitar la piel con productos after sun que contengan ceramidas, lípidos y sean muy hidratantes.
Es perfecto un producto facial para intensificar el bronceado: Avant Age Radiance. Ayuda a unificar el tono, reduce las arrugas, ilumina, calma y refresca por su textura en gel y elimina los daños causados por el sol.
Y, en el cuerpo, terminar con un buen aceite de los que ayudan a mantener el bronceado, como Lancaster Golden Tan Maximizer After Sun Oil.
Limpieza facial
Los poros del rostro se llenan de los ingredientes del protector solar, así que hay que ser cuidadosa con la limpieza. Me gusta combinar mi rutina facial habitual con una mascarilla de arcilla de limpieza profunda pero hidratante. Aesop Primrose Facial Cleansing Masque es buenísima.
Importante: evitar ácidos (AHA, BHA y retinol), ya que van a eliminar antes el bronceado. Si quieres exfoliar la piel, siempre que sea antes.
Protección solar
Ni en sueños se me ocurriría no aplicarme protectores solares si estoy ligeramente quemada. Con la piel irritada, lo mejor es usar una en formato fluido, tipo gel (recomiendo Uriage Bariésun Ultra-Light Fluid con SPF 50).